¿La tienes o el golf se encarga? Una cualidad que representa gran valor para muchos y un gran problema para otros…
El golf, ese deporte que te desconecta, que depende solo de ti y tu talento, y que en un ambiente placentero te eleva a lo más alto en cada buena jugada, es posiblemente el deporte que más enseña a ser humilde y a identificar que en el fairway todos son iguales.
Ser humilde es a su vez uno de los senderos que con seguridad llevará a cualquier jugador al éxito, no importas si juegas un golf competitivo o un simple torneo social. ‘‘Para alcanzar metas elevadas, es imprescindible reconocer y aceptar las propias carencias y tener la intención de superarlas, desde ahí comienza la humildad’’, según explica la reconocida psicóloga deportiva Rocío Pomares en un artículo para Golf Digest.
No se debe confundir la seguridad con la falta de humildad. Es cierto que todo jugador debe proceder con firmeza, cerrándole espacio a la creación de las dudas y apostando a sí mismo en cada jugada. Pero en la mayoría de los caos, el que se cree muy bueno haciendo algo, aun siéndolo, corre el riesgo de abandonar su lucha por progresar.
Pomares explica que en el golf como en la vida, ser humilde puede ayudar a entrenar otros valores fundamentales:
Superación
La humildad permite hacer del ‘‘Kaizen’’ (mejora continua) una filosofía de vida, donde creer que siempre se puede mejorar en algo se convierte en la principal motivación.
Responsabilidad
El deportista humilde entiende que si no gana un torneo es porque los otros han jugado mejor que él, no porque los ‘‘greenes estaban mal’’, tuvo ‘‘mala suerte’’ u otra serie de excusas. Se centra en ‘‘locus de control interno’’, es decir, en todo lo que está en su mano para pegar buenos golpes, se responsabiliza de sus errores y aprende de ellos.
Actitud
La arrogancia o el ego pueden hacer que no se asimile de forma sana aquello que no se hace bien o que se evite. Cuando algo se le da bien quiere repetirlo y lo disfruta, pero no hay que hacer únicamente lo que le gusta, sino hacer que le guste lo que tiene que hacer. En el deporte (como en la vida), cuando lo que debe hacer no le motive, sustitúyalo por esfuerzo y disciplina.
Dignidad
No puede ir creyendo que será el mejor en un torneo, porque es algo que no depende del todo de usted. Sea cual sea el resultado, siempre salga con la satisfacción de que dio absolutamente todo para hacerlo lo mejor posible.
Confianza
Ser humilde implica no necesitar vanagloria, ni de otros, ni de los resultados. Lo importante es tener la confianza en uno mismo, en su potencial y posibilidades, y en que hará todo lo que esté en su mano por aprender y mejorar.