Tiger Woods, el más grande de su generación, ocupó su lugar entre los mejores de todos los tiempos el miércoles por la noche, cuando fue exaltado al Salón de la Fama del Golf. El golfista estadounidense de 46 años recibió la distinción acompañado de su hija Sam, quien le ofreció las palabras de bienvenida.
Cuando titulamos ''Woods llega al límite de su carrera'' nos preguntamos, ''¿Qué más pudiera perseguir el golfista?'', y es que todo seguidor del golf sabe de la magnifica trayectoria del destacado jugador, que con tropezones, calamidades y hasta imposibilidad de juego por situaciones de salud, los logros han sido formidables. Ha roto pero también ha establecido récords; Woods, por su juego, su carrera y sus triunfos se ha permitido igualarse a jugadores pioneros del golf competitivo. Y aunque con esta exaltación seria normal que cualquier golfista se sienta realizado, probablemente Tiger tenga una nueva meta personal: la de volver a competir en el campo.
Tras su nombramiento como miembro del recinto, el astro compartió una historia de vida sobre su pasión por jugar y su ética de trabajo. Con esa fórmula, Woods está seguro de que se merece los honores.
No habló de sus 82 torneos ganados en la Gira de la PGA, de sus 15 majors ni de las ocho cirugías a las que se ha sometido en el camino.
En cambio, recordó que sus padres se arriesgaron con una segunda hipoteca que le permitió jugar en el circuito juvenil de California. La voz se le entrecortó cuando mencionó a su padre fallecido, quien le dijo que tendría que ganarse todo lo que deseara.
Woods fue presentado por Sam, su hija de 14 años, quien dijo que su padre suele predicar ese mismo mensaje ante ella y su hermano Charlie, de 13.
“Entrena duro y lucha fácil”, dijo.
Woods fue la figura más brillante de una generación que incluyó al excomisionado de la Gira de la PGA, Tim Finchem; a la tres veces campeona del Abierto de Estados Unidos, Susie Maxwell Berning, y a la fallecida Marion Hollins, una visionaria que se convirtió en la primera mujer que desarrolló campos reconocidos de golf.
Woods, el primer jugador de herencia negra y asiática en ganar un major en el Masters de 1997, cuando tenía 21 años, habló también de la discriminación que sufrió de joven. Contó una historia, según la cual, asistió a un club para jugar un torneo.
No se le permitió ingresar en la casa club, como a los otros jovencitos, por el color de su piel.
“Así que me negaron el acceso. Está bien. Me puse los zapatos en el estacionamiento. Hice sólo dos preguntas: ¿Dónde está el primer tee y cuál es el récord de campo? No era complicado”.
Todos los presentes en las oficinas de la PGA, que puede albergar sólo a unas 500 personas, aplaudieron a rabiar.
Woods ganó el Masters cinco veces, el PGA Championship cuatro, y el u.S. Open y The Open Championship tres veces cada uno. Ocupó el puesto número 1 en el Ranking Mundial Oficial de Golf durante un récord de 683 semanas, empató un récord del PGA Tour con 82 victorias, e hizo un récord de 142 cortes consecutivos. Pocos dudaban que Woods se mereciera estar en el Salón de la Fama.
Fuente: ESPN.com Foto: AS.com