El retorno de Tiger Woods al golf fue más efimero de lo esperado. No porque no superase el corte, previsto para sólo 50 jugadores en The Genesis, uno de los torneos que han incrementado premios y que se celebra en Riviera (Los Ángeles), sino por enfermedad. La megaestrella se despidió antes de acabar la jornada del viernes y dejó el torneo que él auspicia algo huérfano.

Woods aguantó seis hoyos. Después de dar el primer golpe en el séptimo, se echó las manos a la cara y uno de los jueces que seguía el partido en un buggy lo recogió en el auto para llevárselo a la casa club. "Empezó a tener síntomas de gripe la pasada noche", dijo en un comunicado Rob McNamara, uno de los portavoces de su empresa TGR. "Esta mañana cuando se ha levantado tenía un poco de fiebre. Se sintió un poco mejor en el calentamiento, pero según fue avanzando la jornada ha ido a peor y hasta se sintió mareado", añadió. Tiger jugaba en esos momentos en uno sobre par después de un birdie inicial y dos bogeys, para un +2 en total que ponía en riesgo su continuidad en el torneo.

Woods se sentía tan mal que llamaron a una ambulancia y un camión de bomberos al club y esperaron fuera de la casa club como medida de precaución. Es la tercera retirada de Tiger en los últimos seis torneos que ha jugado después del accidente de febrero de 2021. The Genesis está liderado por Patrick Cantlay, en 13 bajo par, con cinco golpes de ventaja. Will Zalatoris, además, se llevó dos coches Genesis, uno para él y otro pasa su caddie, por el hoyo en 1 en el 14.

Fuente: Marca.com

Foto: s.france24.com