El US Open 2025 se resolvió en favor de JJ Spaun, 34 años, un jugador que pensó dejar el golf cuando un diagnóstico equivocado del tipo de diabetes le hizo perder 23 kilos en tres años, la tarjeta del PGA Tour y las ganas de jugar al golf. La vida siempre concede una última oportunidad y Spaun lo corroboró con un final de antología: con un putt de 21 metros para birdie, con la bandera puesta en el hoyo.
La lucha del domingo, interrumpido durante hora y 40 por un aguacero tremendo, fue una interpretación libre de su carrera: un inicio hacia el precipicio, un vuelo hacia la gloria a continuación. En la jornada final (72 golpes) pasó de cinco bogeys antes del parón a cuatro birdies -y un bogey- que le llevaron a ser el único jugador que batió al ogro de Oakmont en el tercer grande del curso (-1 en total), en un epitome de su vida.
Tras ser diagnosticado JJ en 2018 finalmente con diabetes 2, su mundo dio un vuelco, perdió la tarjeta en 2021, cayó por debajo del puesto 500 del ránking mundial. Resurgió en 2022 con el Valero Texas Open, su única victoria de relieve hasta el US Open.
Spaun, un jugador que fue autodidacta en los comienzos dando bolas en un garaje con su padre, embocó el segundo putt kilométrico cuesta abajo y saltó al liderato. No es el golfista hijo de una mujer mexicana que hasta los ocho meses de embarazo no dejó de jugar a este deporte, un tipo que se vea en estas batallas. Sin experiencia, con balance paupérrimo en los grandes y una sola victoria en el PGA Tour, parecía un líder ocasional. Se distanciaron hacia abajo el mexicano Ortiz y el veterano Scott. Emergió MacIntyre, el zurdo más famoso de Escocia para un cuádruple en cabeza y aspirar a convertirse en el primero de su especie que ganaba un US Open. Fue el mejor del domingo entre los que salieron adelante con sus 68 golpes.