Se llevó el título del U.S. Senior Women’s Open con 68 en la ronda final.

La sueca mundialmente conocida por sus múltiples triunfos de golf volvió a jugar en febrero pasado en el Gainbridge del LPGA, donde terminó 74°, luego de 13 años fuera del escenario competitivo. Y aunque tras el resultado dijo Según Golf Digest, que no volvería a jugar, sus hijos, Ava y Will, dijeron ‘Queremos ver jugar a mamá’’.

Sorenstam, de 50 años, tres veces campeona del Abierto de Mujeres de EE. UU. hizo su primera aparición en el evento senior, terminando con 12 bajo par, 276 en el Brooklawn Country Club.

«Es realmente difícil de describir». «Cuando llegamos aquí, me encantó el lugar desde el principio. Todo se sintió muy bien, y luego obviamente tienes que salir y terminarlo, y realmente sentí que jugué muy bien, sabiendo lo que tenía que hacer y lo hice, obviamente estoy muy feliz”. Dijo Sorenstam de acuerdo a una nota de Espn.

Su compañera de juego, Liselotte Neumann, primera sueca campeona de un major (Abierto Femenino de Estados Unidos de 1988), fue segunda, con un tiro de 74.

En esta semana competitiva, Sorenstam tuvo como caddie a su esposo Mike McGee, mientras su hija Ava, de 11 años, y su hijo Will, de 10, veian jugar a la 10 veces campeona de major.

(Darren Carroll/USGA)

«Cuando cumplí 50, tuvimos una discusión. Le dije: ‘¿Quieres ver jugar a mamá?’ Y dijeron: ‘Sí, queremos ver jugar a mamá’ «, dijo Sorenstam. «Dije que para hacer eso tengo que dedicar algo de tiempo. No puedes simplemente salir y competir con las mujeres aquí. Me han visto golpear las pelotas, me han visto salir y realmente sudar y las lágrimas, así que realmente valió la pena. Sin ellos, esto no sucedería realmente. Sin duda, es un esfuerzo de equipo «. Citó Espn.

Sorenstam ganó $ 180,000 y un puesto el próximo año en el US Women’s Open en Pine Needles Lodge & Golf Club.

Con 276 golpes, Sorenstam empató el récord del torneo establecido por Laura Davies, la ganadora de 2018 en Chicago Golf Club en el campeonato inaugural.